Paul no está muerto

Paul no está muerto.


Uno de los episodios más absurdos en los anales de las teorías conspirativas se refiere a la supuesta muerte de Paul McCartney en 1966. 

Las “claves” son múltiples y están en todas partes, como piezas de un misterioso rompecabezas de Los Beatles.

Según la teoría, una noche Paul McCartney detuvo su auto y se ofreció a llevar a una joven llamada Rita (más tarde la protagonista de la canción “Lovely Rita”). Ella aceptó, sin saber al principio quién era el conductor. 

Cuando se dio cuenta, arrojó sus brazos hacia Paul, haciéndole perder el control del auto para luego chocar. Con el fin de ocultar el hecho de su muerte, McCartney fue reemplazado en la banda por un hombre llamado William Campbell, que había ganado previamente un concurso de dobles de McCartney. 

Campbell sabía tocar el bajo, pero tuvo que ser entrenado para tocarlo con la izquierda.

Este cambio secreto permitió que los Beatles sobrevivientes continuaran su lucrativa carrera. Pero por razones que nunca son abordadas por los que apoyan la teoría de la conspiración, llenaron las canciones y las tapas de sus álbumes con pistas de la muerte de Paul. 

Por ejemplo, se dice que el grupo en la tapa de Sgt Pepper’s Lonely Heart’s Club Bandre presenta una reunión junto a una tumba y presenta –entre otras pistas– una corona con la forma de un bajo. En la tapa de Magical Mystery Tour, Paul está vestido como una morsa que, se dice, es la palabra griega para ‘cadáver’ (no lo es).

Se supone que la tapa de Abbey Road está llena de referencias a un funeral. Se dice que John, con su traje blanco, representa a un sacerdote (aunque los sacerdotes suelen vestir de negro); Ringo, con su traje oscuro, es el funebrero; Paul, desfasado de los otros, está descalzo, que, según dicen quienes creen en la conspiración, es la forma en que se entierran los cadáveres en Italia; George, con sus vaqueros, representa al que cava la tumba. 

El número de placa del auto que se ve al fondo, significativamente un Escarabajo (‘Beetle’ en inglés), dice 281F, una clave de que McCartney tendría 28 años si (“if”) hubiera vivido. De hecho tenía 27 años en el supuesto momento del accidente.

La idea de que hay un simbolismo en la ropa que usan los cuatro Beatles en la tapa de Abbey Road se originó en una reseña en broma del álbum, escrita por una revista universitaria estadounidense. 

El autor de esa reseña, un estudiante llamado Fred LaBour, se asombró cuando su broma fue recogida por organizaciones noticiosas serias y convertida en la pieza central de la prueba de que “Paul está muerto”.

Si la conspiración sobre McCartney muestra algo, es que cualquier material puede usarse para respaldar una idea disparatada, en la medida en que los partidarios insistan, por encima de todo, en que su teoría es cierta.


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